Por Camila Muñoz y Federica Vidal
Por aquel entonces, la penitenciaria del Punta Carretas era una edificación que abarcaba unas cuatro hectáreas y media del barrio y que se encontraba entre las calles José Ellauri, Solano García, Guipuzcoa, y García Cortinas.
El celdario se trataba de un bloque de cuatro pisos con 96 celdas en cada uno
de alrededor de unos cuatro metros de largo por dos y medio de
ancho, y de altura aproximadamente tres metros y medio.

Fue en la madrugada del lunes 6 de setiembre de 1971, donde un centenar de guerrilleros presos, tupamaros, lograron fugarse a través de un túnel, realizado por ellos mismos, que unía a la celda 73 de la enorme edificación con una residencia situada frente al establecimiento, en Solano García 2535 previamente copada por los tupamaros.Tenía 3 metros de hondo, 46 de largo y 3 de profundidad, con alguna corrección.
El trabajo empezó el día 5 de agosto y tenían 30 días para terminarlo. Fue una operación planificada
hasta en sus mínimos detalle, una fuga masiva, la mayor de un penal de máxima
seguridad; por eso quedo registrada en el libro “Guinness” de los records
mundiales. Por aquel entonces Uruguay fue portada de los principales
diarios del mundo.En total, fueron 111 los hombres que se escaparon a través de del túnel.
Las decisiones que se toman a partir del hecho fueron muy decisivas.En un principio la cárcel
fue desalojada y cerrada. Permaneció vacía hasta su restauración y reforma.Tiempo después
se llamó a concurso de ideas para su reutilización, presentándose 170 empresas,
que fueron desechadas por no poder financiar los proyectos.
El gobierno decidió entonces realizar un llamado a licitación, declarado
desierto, por lo que se resolvió en 1991 realizar la venta directa. La empresa compradora
proyectó la construcción de un centro comercial y cultural, llamado “Punta
Carretas Shopping Center”, abriendo finalmente sus puertas en julio de 1994. 
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