Por Camila Muñoz y Federica Vidal
Por aquel entonces, la penitenciaria del Punta Carretas era una edificación que abarcaba unas cuatro hectáreas y media del barrio y que se encontraba entre las calles José Ellauri, Solano García, Guipuzcoa, y García Cortinas.
El celdario se trataba de un bloque de cuatro pisos con 96 celdas en cada uno
de alrededor de unos cuatro metros de largo por dos y medio de
ancho, y de altura aproximadamente tres metros y medio.

Fue en la madrugada del lunes 6 de setiembre de 1971, donde un centenar de guerrilleros presos, tupamaros, lograron fugarse a través de un túnel, realizado por ellos mismos, que unía a la celda 73 de la enorme edificación con una residencia situada frente al establecimiento, en Solano García 2535 previamente copada por los tupamaros.Tenía 3 metros de hondo, 46 de largo y 3 de profundidad, con alguna corrección.

Las decisiones que se toman a partir del hecho fueron muy decisivas.En un principio la cárcel
fue desalojada y cerrada. Permaneció vacía hasta su restauración y reforma.Tiempo después
se llamó a concurso de ideas para su reutilización, presentándose 170 empresas,
que fueron desechadas por no poder financiar los proyectos.

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